El análisis de las estructuras de las historias ha sido un campo de interés para escritores, críticos y teóricos de la literatura durante siglos. Una de las contribuciones más significativas a este campo es la obra del dramaturgo francés Georges Polti, quien en el siglo XIX propuso que todas las historias se pueden dividir en 36 situaciones dramáticas básicas.
El trabajo de Polti se basó en la obra de Carlo Gozzi, un dramaturgo italiano que identificó 36 situaciones en sus propias obras. Polti llevó este concepto más allá, argumentando que todas las tramas posibles en la literatura (y, por extensión, en el teatro, el cine y la televisión) se pueden reducir a estas 36 situaciones.
Estas situaciones dramáticas son esencialmente arquetipos de tramas, cada una con su propio conjunto de características y conflictos inherentes. Las situaciones van desde ‘La Ambición’ y ‘La Rivalidad entre Hermanos’ hasta ‘La Obtención’ y ‘La Necesidad de Sacrificar a un Ser Querido’. Cada una proporciona una base sólida a partir de la cual se puede construir una historia.
Por ejemplo, la situación dramática de ‘La Venganza por un Crimen’ implica un crimen que se ha cometido y una figura (o figuras) que buscan venganza. Podemos ver esta situación en obras tan diversas como «Hamlet» de Shakespeare, «Kill Bill» de Quentin Tarantino y «El Conde de Montecristo» de Alexandre Dumas. Aunque las tramas específicas y los personajes varían enormemente entre estas obras, todas comparten la misma situación dramática básica.
Una de las bellezas del sistema de Polti es su flexibilidad. Las 36 situaciones pueden ser utilizadas en cualquier género o medio, y pueden ser modificadas, combinadas o subvertidas para crear una variedad infinita de tramas. Además, al proporcionar un marco claro, las situaciones de Polti pueden actuar como un punto de partida útil para los escritores que luchan con el bloqueo del escritor.
Aunque el sistema de Polti puede parecer restrictivo para algunos, en realidad es una herramienta de liberación creativa. Al entender estas situaciones fundamentales, los escritores pueden liberarse de la necesidad de inventar una trama completamente nueva y en su lugar centrarse en dar vida a su historia a través de personajes ricos y un lenguaje evocador.
Es importante señalar que Polti nunca sugirió que su sistema fuera una regla estricta o un dogma. Más bien, las 36 situaciones deben ser vistas como una caja de herramientas que los escritores pueden utilizar para inspirarse y estructurar sus historias.
En resumen, las 36 situaciones dramáticas de Georges Polti son una herramienta valiosa para los escritores de todos los géneros y medios. Al proporcionar una serie de situaciones de tramas arquetípicas, el sistema de Polti permite a los escritores explorar las infinitas variaciones posibles, mientras mantienen un núcleo narrativo sólido y coherente en sus historias. Ya sea que estén escribiendo una novela, un guión o un cortometraje, los escritores pueden beneficiarse del análisis perspicaz y la visión de Polti sobre la naturaleza fundamental de nuestras narrativas.
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